Información para el paciente
Conozca cómo acceder a este tratamiento y más información de interés sobre la protonterapia
En la Clínica, existe un circuito de alta resolución que facilita una consulta de evaluación por especialistas en Oncología Radioterápica para valorar la idoneidad del paciente candidato a protonterapia, con criterios de medicina personalizada.
Esta evaluación es contrastada en los foros de Áreas Interdisciplinares Oncológicos que configuran el Cancer Center Clínica Universidad de Navarra.
Las sesiones de protonterapia tienen una duración estimada de unos 35 minutos dependiendo de su complejidad y requisitos de soporte (anestesia), la mayor parte de los cuales se destinan a la colocación, posicionamiento y verificación mediante guiado por imagen (TAC incorporado en el gantry). El tiempo de irradiación es, en la mayor parte de los casos, inferior al minuto.
El número de sesiones dependerá de cada caso y de las características del tumor, como la localización, la tipología o el tamaño. La media oscila entre las 20 y 30 sesiones.
Si vive en otra ciudad, el alojamiento será necesario en función del número de sesiones, pero es habitual que necesite alojarse en un hotel o residencia cercano a la Clínica para mayor comodidad.
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Preguntas frecuentes sobre la protonterapia
La terapia de protones se fundamenta en un tipo de radiación diferente a la de la radioterapia convencional.
Mientras la radioterapia convencional se basa en un haz de alta energía de rayos X (fotones) o electrones, la protonterapia utiliza un haz de partículas aceleradas (protones) de alta energía, que permite dirigir de forma más precisa el depósito de la radiación y su efecto antitumoral en el cáncer.
Esto es así por las características físicas propias de los protones acelerados ya que, por su masa, no sufren alteraciones en su trayectoria mientras penetran en el paciente, consiguiendo depositar la mayor parte de su energía en el impacto final que se diseña, de forma personalizada, para que ocurra dentro del tumor.
Cuando los protones alcanzan las células cancerosas, transfieren energía a los electrones de las moléculas intracelulares causando una serie de interacciones, o eventos ionizantes, que dañan todas las moléculas que ionizan y, especialmente, el ADN que gobierna la vida y la reproducción celular. Las células cancerosas con moléculas intensamente ionizadas son inviables, mueren porque ya no pueden dividirse (daño reproductivo), ni recuperarse, y el tejido residual es restituido por células normales con propiedades reparadoras.
La terapia de protones se fundamenta en un tipo de radiación diferente a la de la radioterapia convencional.
Mientras esta última se basa en haces de fotones y electrones, la protonterapia utiliza un haz de partículas pesadas aceleradas (protones) de alta energía y múltiples niveles energéticos, que permite dirigir de forma más precisa el depósito de la radiación en el tumor, reduciendo significativamente el daño en el tejido sano más próximo.
Esto se debe a las características físicas propias de los protones, ya que por su masa no sufren alteraciones en su trayectoria mientras penetran en el paciente hacia la zona de afectada por cáncer, con un estrecho gradiente de frenación, consiguiendo liberar la mayor parte de su energía dentro del tumor.
Hay, por tanto, dos diferencias mayores: el efecto biológico antitumoral es mayor, por la intensidad de ionizaciones que produce; y preserva la irradiación innecesaria de tejidos normales por la ausencia de irradiación dispersa, por su precisión y gradiente de frenación.
En muchos casos, sí. La protonterapia se puede usar en combinación con quimioterapia, como un tratamiento complementario a la cirugía, y en combinación con un tratamiento de radiación estándar (para intensificar zonas radio-resistentes).
También puede ser una opción de tratamiento en los casos en que ha vuelto a aparecer un tumor después del tratamiento previo con radioterapia tradicional y no puede tratarse nuevamente con radiación convencional, por limitación de tolerancia de tejido normales decisivos para la calidad de vida.
Sí. Ningún tratamiento oncológico es inocuo: ni de radiación, ni farmacológico. Los efectos secundarios asociados a la protonterapia son multifactoriales y dependen de la interacción entre la propia irradiación en los tejidos y el estado general del enfermo y sus tejidos expuestos a radiación.
La protonterapia es menos tóxica que otras alternativas de radioterapia externa. La toxicidad esperable de cada tratamiento de radioterapia es individualizada y muy previsible. De todo ello se informa de forma anticipada y en detalle, a cada paciente antes de solicitar el consentimiento informado.
La protonterapia minimiza la toxicidad que padecen los pacientes y es una de sus ventajas mejor establecidas.
La caída del cabello sólo se produce cuando tratamos la zona craneal. Es excepcional tener náuseas y vómitos inducidos por la radiación, en casos extremos de protonterapia en el abdomen o la pelvis y volúmenes muy extensos.
Algunos pacientes que se tratan con protonterapia reciben también quimioterapia y pueden tener caída de pelo o náuseas por ese motivo.
En general, la terapia de protones es el tratamiento de elección para los tumores susceptibles de ser tratados con radioterapia externa, por ser la modalidad de tratamiento que mejor preserva los tejidos sanos y reduce los efectos adversos en estructuras en proceso de crecimiento.
Los pacientes pediátricos oncológicos suelen sobrevivir mayoritariamente a su enfermedad y es decisivo prevenir sus secuelas y minimizar su discapacidad como ciudadanos adultos. El beneficio dosimétrico hace de la protonterapia la técnica de elección en radioterapia pediátrica.
No. La terapia de protones no se utiliza en todos los tipos de cáncer ni en todos los pacientes. Su eficacia es mayor en tumores localizados y que no se han diseminado a otras zonas del cuerpo.
En casos con metástasis, la protonterapia puede ser una opción solo en situaciones muy concretas, como cuando existen pocas lesiones (enfermedad oligo-metastásica u oligo-recurrente).
Por eso, cada caso debe ser valorado de forma individual por un equipo multidisciplinar de especialistas, que analice si la protonterapia es la mejor alternativa o si conviene otro tratamiento.
La protonterapia resulta especialmente beneficiosa en tumores situados cerca de órganos y estructuras muy sensibles a la radiación, como el corazón, el pulmón, la mucosa digestiva, el aparato genitourinario, el cerebro o la médula espinal. En estos casos, permite administrar dosis altas al tumor reduciendo el daño en los tejidos sanos.
Aunque hoy en día solo alrededor de un 15% de los pacientes que reciben radioterapia son candidatos a protonterapia (unas 700 personas al año en España), la investigación avanza y se están estudiando nuevas indicaciones para ampliar su uso en más tipos de cáncer.
En la Clínica Universidad de Navarra contamos con un equipo multiprofesional al frente de la Unidad de Protonterapia, de con un marcado carácter interdisciplinar.
Está integrado por expertos entre los que destacan, como responsables primarios de la actividad asistencial, los oncólogos radioterápicos, radiofísicos, ingenieros biomédicos, enfermeros, técnicos, dosimetristas y todas las especialidades médicas y quirúgicas implicadas en las Áreas Oncológicas del Cancer Center Universidad de Navarra.
La colaboración es especialmente estrecha con Oncología Pediátrica, Oncología Médica, Hematología, Anestesia, Diagnóstico por la Imagen y Anatomía Patológica.
La ubicación intrahospitalaria asegura el progreso y la innovación en protonterapia, sincronizado con el progreso médico de alta especialización.
No. El primer paciente que recibió tratamiento con protones se registró hace más de 50 años y, hasta la fecha, más de 100.000 personas en todo el mundo han recibido terapia de protones en centros en Europa, Estados Unidos y Asia.
Sí. La comunidad médica continua realizando estudios de investigación sobre la terapia de protones.
Instituciones líderes en el tratamiento contra el cáncer de referencia mundial como Mayo Clinic, St. Jude Children’s Research Hospital, MD Anderson Cancer Center o Johns Hopkins, son un anillo investigador en el que nuestra Unidad de Protonterapia está incluido, con múltiples ensayos clínicos prospectivos en curso para ayudar a encontrar mejoras en el tratamiento del cáncer con esta terapia.
En la Clínica Universidad de Navarra, debido a nuestro carácter académico, la investigación es uno de nuestros ejes estratégicos, participando en ensayos clínicos y generando proyectos de investigación clínica y translacional, en colaboración com el Cima (Centro de Investigacion Medica Aplicada).
En el campo de la protonterapia, la tecnología más avanzada es la que ofrece el sincrotón, un avanzado acelerador de partículas que genera un haz ‘más limpio’.
Permite liberar el haz de protones con el nivel energético específico para el tumor de cada paciente de forma individualizada, sin requerir un proceso de degradación del haz mediante filtros artificiales interpuestos entre el haz y el paciente, resultante en la producción de neutrones contaminantes e innecesarios, propia de otras tecnologías.
Se trata la instrumentación más moderna disponible en la actualidad, mucho más eficiente energéticamente que otras alternativas, al inducir mucha menos radiación indeseada.
- Un inyector: Los protones se extraen de moléculas de hidrógeno y se introducen en un acelerador lineal que los inyecta a baja velocidad.
- Un acelerador con cuatro imanes, que mantienen los protones en trayectorias circulares, y un campo eléctrico incrementa gradualmente su velocidad.
- Una línea de haz, en la que, cuando han alcanzado una velocidad próxima a la de la luz, los protones abandonan el sincrotrón para ser conducidos al paciente.
- Un gantry, zona en la que está posicionado el paciente y a la que acceden los protones. Gira 360º para poder eligir, así, el ángulo más adecuado de tratamiento. También tiene un brazo articulado robotizado 6D que actúa sobre la camilla, que facilita la mejor colocación del paciente para su tratamiento. El gantry tiene incorporado un TAC de haz cónico para visualizar la anatomía interna en tiempo-real, previo a la irradiación, que puede comprobarse en cada sesión de irradiación.
- Porque es la única instalación en un Centro de Cáncer Intrahospitalario, con todo su apoyo asistencial, académico e investigador. Un centro de referencia de 3.600 m2 dedicados a la Unidad de Protonterapia, con tecnología avanzada no disponible previamente en Europa, y la garantía del entorno hospitalario, facilitando el acceso a cualquier área de especialización médica en una única instalación, clave para los pacientes con enfermedades complejas y con tratamientos 360.
- Porque está integrado en el Cancer Center Universidad de Navarra, referencia internacional en el diagnóstico y tratamiento del cáncer, así como en el desarrollo de las terapias personalizadas de precisión más avanzadas contra el cáncer, con Áreas Oncológicas Interdisciplinares, y el acceso a ensayos clínicos y proyectos de investigación internacionales.
- Porque contamos con la tecnología más avanzada de Europa. El sincrotrón de Hitachi, presente en hospitales de referencia internacional en el diagnóstico y tratamiento del cáncer en EEUU y Japón, es un avanzado acelerador de partículas que permite liberar el haz de protones con el nivel energético específico para el tumor de cada paciente de forma individualizada, sin precisar un proceso de degradación del haz mediante filtros artificiales interpuestos entre el haz y el paciente, resultante en la producción de neutrones contaminantes e innecesarios propia de otras tecnologías. Se trata la instrumentación más moderna disponible en la actualidad, mucho más eficiente energéticamente, al inducir mucha menos radiación indeseada.
- Por nuestros expertos profesionales: especialistas que son referencia internacional en el tratamiento del cáncer, formados intensivamente en protonterapia, que acreditan una producción científica extensa en innovación radioterápica clínica y traslacional.
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